domingo, 31 de octubre de 2010

aMIRera

Ahora que he terminado de corregir mi primer simulacro MIR se puede afirmar que no sólo lo soy oficialmente, sino que ya me siento MIRera (aMIRera, para más detalles). Supongo que me encuentro en un momento crucial, no sólo por los formalismos emocionales de una iniciación al oscuro y vertiginoso abismo de unas siglas casi etéreas hasta ahora, sino por la intuición de la capacidad adictiva del “a ver cómo me ha salido” y sus consecuencias a nivel práctico.

¿Cambiará mi vida? Sin lugar a dudas, pero... ¿Cómo y en qué medida?

Tiempo al tiempo.

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