lunes, 21 de febrero de 2011

Para el recuerdo.

Dado que las alegrías al ser compartidas aumentan en intensidad, no quisiera dejar de explicar el momento hermoso del día: acabo de comunicarle por teléfono a un magnífico profesor que lo hemos escogido padrino de nuestra promoción. “Qué alegría me acabas de dar, hija mía”.

Nos sentiremos honrados de poder escuchar sus palabras el día de la graduación.